Mc Panza

Siete a.m. o talvez siete y media, no importa. La herencia de una noche larga y solitaria de los que cojemos con panza la cobramos en un Mc.Donals . Comiendo con cierto mareo alcohólico y un disco de Sabina en un auto con dos personajes además de nosotros que también éramos dos. En total cuatro. Numero exacto para que no sobre nadie y aunque adelanto nos fuimos a dormir solos el dialogo que nos acerco fue de los mas insólito, especialmente cuando alguien menciono que a su mejor amigo le faltaba un testículo. Mas fue la sorpresa cuando agrego que cuando lo fue a visitar al hospital le pidió que le mostrara como había quedado lo cual empeora con el hecho de que ella claro era mujer y que encima él había dejado recientemente de ser su cuñado en el mismo momento que se peleo con su hermana. Y mientras nos contaba todo esto a nosotros que no la conocíamos ni a ella ni a su amiga, el auto se llenaba de olor a hamburguesas, cigarrillo y transpiración alcohólica.
Después de la risas, de la comida, de las anécdotas, un adiós.
No se necesito nada más.
Así somos los que cojemos con panza. Tal vez demasiado respetuosos. Pero nos gusta disfrutar de una borrachera agonizante con una hamburguesa matutina y alguien que nos cuente alguna historia.

( PD: En la foto figuran tres personas, éstos son los originales que salieron esa noche aunque uno se fue primero es por eso que no se lo menciona)